Cuando era chica tenía un diario. En él volcaba los acontecimientos de mi vida que valían la pena recordar, y algunos que no, también. Al principio era un amigo, fiel, siempre dispuesto a dejarme llenar sus páginas con alegrías y tristezas, mi primer beso, mi primer amor, mi primer desamor, fue mi gran confidente y aceptaba corazones y flores entre sus hojas.
Con el tiempo fui creciendo y tenía amigas con las que podía compartir mi vida y a quienes confiarles mis secretos no tan secretos, así que poco a poco fui dejando sus hojas en blanco, hasta hoy. Hoy vuelvo a mi gran amigo, de una manera distinta, pero hoy necesito confesar mi gran secreto ..... Tengo un amante.